LECCIÓN #10 – El Poder del Apalancamiento Positivo

Hemos venido abordando a lo largo de esta serie de contenidos temas estratégicos, de enfoque, priorización y urgencia de la empresa y desde las habilidades duras y blandas de las personas tanto a nivel individual, como en el proceso de hacer con otros ya sean familiares, amigos o colaboradores.

En cada proceso hemos mostrado como se interrelacionan los conocimientos, la experiencia, la planeación, el seguimiento, y los procesos de aprendizaje que se generan en el evaluar, ajustar y darle continuidad a los elementos que se perciben de valor.

En las últimas tres entradas hemos abordado como podemos reducir los ladrones de la productividad y enfocarnos en las actividades de alta rentabilidad.

Posteriormente como podemos empezar a reducir las interrupciones, los imprevistos, el dedicarle tiempo de valor a tareas de baja rentabilidad, el delegar y en dedicarle mínimo 3 horas al día a nuestro propósito, compromisos y metas con actividades de alta rentabilidad.

En la última entrada, te obsequiamos las herramientas para que identifiques en qué nivel de energía puedes estar desde tus hábitos, herramientas y comportamientos en lo físico, lo emocional, lo mental y lo espiritual.

Y si lo percibes, estamos completamente alineados con el desarrollo personal y las habilidades duras y blandas en una armonía, y convencidos que lo planteado por la investigación realizada por la Universidad de Harvard, la Fundación Carnegie y el Centro de Investigación de Stanford, que afirma que el 85% del éxito proviene de tener habilidades blandas bien desarrolladas, es cierto. (citado en National Soft Skills Association, 2016, p. 1).

En este sentido el día de hoy queremos traerte una herramienta más para seguir fortaleciéndote como ser humano, apalancándote y dándole sentido a lo que haces, tus planes y para que lo haces, incluso en la posibilidad que no entendamos el por qué, lo cual es un tema que sabotea mucho, en la supuesta necesidad que hemos generado de comprender todo, controlar y tener el poder.

En nuestro caso somos partidarios de un balance donde la estrategia, la planeación, la información y la confianza en la intuición, en el corazón y en eso que sabemos, que no sabemos cómo lo sabemos, pero lo sabemos, nos ayuden a decidir y a actuar.

En este sentido el poder de apalancarnos nos permite ser congruentes con nuestras decisiones, potencializando lo que hacemos, lo que visualizamos, la pasión y la energía que le vinculamos a ese sueño, objetivo, actividad, meta o compromiso.

Y te digo esto debido a que la mayoría de seres humanos, no saben apalancarse en sus decisiones, no tienen claro para qué quieren lograr lo que deciden y se quedan en un mundo de preferencias, un mundo donde discursivamente dicen, prefiero tener más dinero, prefiero verme mejor, prefiero una mejor salud, una mejor relación, prefiero emociones positivas, prefiero más posesiones materiales, prefiero que mi familia viva así o asa, que mis hijos tengan esto o aquello, en fin.

Pero cuando se trata de tomar acción masiva, enfocada, constante y evaluada, así tengan un objetivo valioso, retador, o se hayan comprometido con algo, no encuentran el para qué lo hacen, no tienen claro el placer que alcanzaran, no tienen consciencia del dolor que les seguirá generando quedarse donde están, sin tomar acción, sin actuar en coherencia y en congruencia, y siguen destruyendo futuro y posibilidades.

Y esto te lo puedo decir porque yo lo viví al menos tres décadas de mi vida, abandoné muchos proyectos y personas valiosas y tuve que pasar por múltiples dolores y procesos, entre ellos formarme como coach ontológico para poder comprenderlo, gestionarlo y avanzar en ello.

La verdad es que, sin los apalancamientos adecuados, las personas no encuentran de qué aferrarse para decidir pagar el precio, tomar acción enfocada. Y se juegan sucio, se sabotean ellos mismos, pensando en lo que falta, en el camino por recorrer, en las dificultades, en las probabilidades infinitas de fallo, en el punto negro, y olvidan ver lo positivo.

Y eso hace que tener discursos inspiradores, buenas metas, o adquirir compromisos, no sirva de nada, si no se tiene un para qué poderoso, profundo, honesto, que nos lleve a ser coherentes y congruentes con las acciones conscientes, masivas, enfocadas, constantes, evaluadas y urgentes. Recuerda enfocándonos en las pocas cosas vitales, hechas extraordinariamente de forma constante que nos permitan lograr lo que decidimos.

Te invito entonces a revisar ¿qué te está costando el mayor trabajo en estos momentos y es lo más relevante hacer para tu avance? o puede ser que ya tengas algo claramente identificado que es muy valioso empezar hacer.

Este proceso, te apoyara a consolidar la identidad de quienes se merecen ese tipo de resultados y cumplir con tus compromisos.

Cuando lo hagas procura que sea un ejercicio de honestidad y amor, y toma nota de lo que reflexiones en tu agenda, dando respuesta ¿por qué es eso importante para tu vida en estos momentos? Y ¿qué es lo que estás percibiendo que te sucede?

Y parece sencillo, a pesar de ello requiere como ya lo mencionamos de honestidad, consciencia y profundidad, para encontrar esas razones poderosas que van hacer que me levante todos los días y que, a pesar de las dificultades, los retos y las situaciones, continúen adelante.

A continuación, te voy a dejar la secuencia de preguntas que requieres hacerte, para llegar a un nivel de profundidad e intimidad, donde las respuestas que des no tengan que ver con tus motores, con el entorno, con la sociedad, con tu familia, si no con tus pasiones y tu propósito personal, dándote la fuerza para que llueva, truene o relampaguee, sigas adelante.